Jose Manuel Viñuela Prieto ha comenzado hace poco tiempo su formación como neurocirujano en el Hospital de La Paz (Madrid). El número 2 del MIR 2020 nos atiende y comparte sus sensaciones en relación a la incorporación a la Residencia. Además, compartirá con nosotros algunas claves de su preparación y como logó alcanzar este ranking.

Pregunta: ¿Nervioso por comenzar tu residencia?

Respuesta: Es normal sentir cierta inquietud cuando se estrena un nuevo trabajo o se inicia una etapa como la residencia. Pero después de un post-MIR tan convulso como el de este año, lo que predominan son las ganas por empezar e integrarnos en la dinámica del hospital para poder contribuir con nuestro esfuerzo.

P: ¿Qué especialidad escogiste? ¿Y dónde?

R: Neurocirugía en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.

P: Acabas de comenzar tu residencia pero, ¿has podido utilizar PROMIR Residente? ¿Qué te ha parecido?

R: Me parece muy útil poder seguir teniendo acceso al banco de preguntas de PROMIR para reforzar algunos conceptos clave que serán útiles durante la residencia. El acceso a todos los libros disponibles a través de Eureka también me parece tremendamente interesante durante los primeros pasos en la residencia.

P: En cuanto a tu preparación para el examen MIR, ¿Por qué te preparaste con dos academias?

R: No fue una decisión deliberada desde un principio. Tras haber decidido con bastante antelación que me prepararía con una academia “tradicional” descubrí el método de PROMIR. Me pareció muy interesante la apuesta por la memorización a largo plazo apoyada en un modelo adaptativo y personalizado. Obviamente, ese nivel de adaptación al nivel de conocimientos y circunstancias personales de cada opositor es más fácil de conseguir con una metodología online. No obstante, no puedo negar que al principio fui muy escéptico con respecto a dicha modalidad, que suponía una excepción entre los métodos “clásicos” de preparación al MIR.

Tras probar la plataforma con uno de los accesos temporales gratuitos que ofrece Panamericana, me convencí de que la combinación de ambas academias podía resultarme muy útil.

P: ¿Como complementó PROMIR a tu academia de preparación?

R: Fundamentalmente, a través del banco de preguntas. Ya fueran las preguntas de autoevaluación propuestas para cada día por el calendario de la plataforma o las que generaba la herramienta de “Entrenamiento”, intentaba responder el mayor número de ellas cada día. En ese sentido, PROMIR permite generar exámenes con un alto grado de personalización. Entre otras cosas, puedes elegir el número de preguntas, el tema o el subtema dentro de la asignatura, el enfoque de una patología en concreto (preguntas centradas en la clínica, en el tratamiento, etc.), la dificultad o si prefieres obtener la respuesta al final del examen o en el momento de contestar la pregunta. Todo ello hace que puedas preparar un examen de autoevaluación con un gran número de preguntas y que se adapte, prácticamente al detalle, al temario que estudias día a día.

Es posible que ese nivel de personalización de los exámenes no se aprecie en su totalidad durante las primeras fases de la preparación, donde es mucho lo que se desconoce acerca de cada asignatura. Pero en las fases finales de la preparación, cuando el opositor ya conoce perfectamente sus puntos débiles, resulta tremendamente eficiente el poder generar un examen con un buen volumen de preguntas y muy focalizado en dichas debilidades.

Además, en estas fases cruciales de la preparación, donde el opositor empieza a sentir que el tiempo disponible para abordar el temario de cada día de estudio es insuficiente, es donde el campus virtual de PROMIR y su enfoque completamente online, pueden ofrecer su máximo potencial. Y es que, durante la corrección, además de un texto específico que explica las opciones correctas e incorrectas, las preguntas de PROMIR te permiten enlazar con el texto del manual con un solo clic. Puede parecer insignificante, pero, solo al final de la preparación es consciente el opositor de la cantidad de tiempo que se puede perder en encontrar, entre todos los manuales en papel, aquel párrafo que daba respuesta a esa pregunta en concreto. Y en el fondo, la preparación del MIR es una cuestión de eficiencia. Si un opositor puede hacer y corregir más preguntas que otro opositor en el mismo período de tiempo, probablemente tendrá más posibilidades de acertar las que se le planteen el día del MIR.

P: ¿Crees que te sirvió para marcar la diferencia con el resto de compañeros?

R: Es muy difícil saberlo a ciencia cierta. Lo que sí puedo decir es que contribuyó definitivamente a que sintiera que mi preparación había sido lo más completa posible. Creo que la confianza y la seguridad el día del MIR se correlacionan mucho más con el número de preguntas realizadas durante la preparación que con el número de horas de estudio. En ese sentido, PROMIR te permite maximizar el número de preguntas que realizas a diario independientemente de cual sea tu academia, o de si te preparas con una o con varias academias a la vez.

P: A quienes recomendarías que se preparen con 2 academias (cuando pongo quienes me refiero tipo de opositor – A quien quiera destacar, quien lo lleve mal…)

R: A pesar de que en otras pruebas de acceso a la residencia médica que existen en el mundo es frecuente el uso de varias herramientas o productos procedentes de academias diferentes, en España aún no estamos tan acostumbrados a ese modelo de preparación. De hecho, el tipo de cursos que se ofertan y su precio hacen que, para la gran mayoría de opositores, el mero hecho de matricularse en una sola academia ya suponga un esfuerzo económico considerable. En mi caso, disfruté de beca de matrícula en ambas academias por expediente académico, por lo que el factor económico no supuso una limitación. Pero soy consciente de que solo un pequeño porcentaje de los opositores al MIR pueden beneficiarse de esas becas y, por tanto, la matrícula de dos academias puede suponer un enorme gasto .

Abarcar todos los recursos que una sola academia pone a disposición de sus alumnos ya es lo suficientemente complicado como para estar interesado, a priori, en duplicar su volumen. Además, dicha situación exige que el opositor tome decisiones difíciles sobre qué materiales va a elegir de cada academia y cómo los va a organizar. Decisiones en las que, por razones obvias, ninguna de las 2 academias están obligadas a ayudarle. El opositor también deberá componer un plan de estudio híbrido que puede resultar muy complejo de elaborar y de seguir, por lo que, en mi opinión, solo opositores que conocen muy bien las herramientas y métodos de estudio que mejor se adaptan a ellos mismos pueden obtener un beneficio claro de utilizar varias academias.

P: Algún consejo para otros alumnos que quieran alcanzar un ranking elevado para escoger la especialidad?

R: Creo firmemente que, por encima de los conocimientos médicos puros y duros, el MIR es un examen que pone a prueba la disciplina, la motivación y la confianza en sí mismos de los opositores. Probablemente por eso, los resultados del examen MIR no se correlacionan tan bien con los resultados obtenidos durante la carrera como cabría esperar para una parte de los opositores.

En mi opinión, es fundamental desarrollar, lo antes posible durante la preparación, una disciplina de trabajo que no sea susceptible de negociación. Aceptar la negociación con uno mismo durante la preparación abre la puerta a que el estado anímico, el cansancio o el aburrimiento influyan negativamente sobre la rutina de trabajo. El opositor debe ser consciente de que los bajones anímicos, el cansancio y el aburrimiento van a llegar en algún momento u otro de la preparación. Por eso, minimizar el impacto de estos factores durante la preparación no es nada fácil, pero es clave para “trabajar” el MIR en lugar de “sufrir” el MIR. En el fondo, ningún trabajador o empleado del ámbito que sea deja de ir a trabajar porque un día se sienta más decaído anímicamente o esté más cansado después de una semana dura. En esos momentos, es la motivación por conseguir el objetivo que nos hayamos propuesto lo que nos va a dar fuerzas para seguir.

Por último, el MIR es, al fin y al cabo, un ranking a nivel nacional para graduados en Medicina, una forma como otra cualquiera de establecer un orden en la lista. No obstante, en algunos momentos, la presión que genera la posición que ocupará dentro de ese ranking puede llegar a bloquear y desmotivar al opositor, especialmente si existe una discrepancia entre la posición esperada o deseada y la posición estimada por los percentiles en los simulacros. Es en esos momentos cuando la confianza en uno mismo resulta fundamental para salir del bache y seguir trabajando.

P: Algún consejo para afrontar los últimos meses antes del examen.

R: Lo único que le puedo aconsejar a quien se enfrente a la recta final del MIR es que, por un instante, levante la cabeza y mire hacia atrás, hacia el trabajo realizado durante cada día de la preparación. Si lo que ve le enorgullece, le hace sentir satisfecho y cree que hay un gran mérito en lo que ha hecho, que simplemente disfrute de la llegada a meta. Un simple número no debe cambiar la valoración que haga de su propio esfuerzo.

Si por el contrario cree que podría haber hecho más o no está satisfecho con su desempeño, le recomiendo resarcirse en el sprint final. Como en el ciclismo, hay estudiantes escaladores y estudiantes contrarrelojistas. Quizás su momento es justo éste y todo está listo para que demuestre sus habilidades. En mi opinión, la clave de la preparación MIR es, al fin y al cabo, llegar a la meta sintiendo que uno lo ha dado todo y que no podría haber hecho más de lo que ha hecho.

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