Los expertos aseguran que el 80% de las personas tendrán dolor de espalda en algún momento de su vida. De ellas, una de cada cinco presentará dolor lumbar crónico (de al menos 3 meses de duración). La lumbalgia es además el problema de salud crónico con mayor incidencia en nuestro país (afecta al 18,6% de la población) según el informe anual del Ministerio de Sanidad publicado en 2015. El calzado, el aumento de peso, la adicción al tabaco, la edad, una mala postura, el embarazo o un estilo de vida sedentario son algunas de las causas más frecuentes que producen este tipo de dolor.

Podemos diferenciar entre dos tipos de dolores de espalda:
- Mecánico (el más común): puede aparecer a cualquier edad y suele describirse como un dolor pulsátil (pequeños golpes) o sordo (constante) que empeora con el movimiento y se alivia en reposo. Su causa suele ser una distensión muscular (estiramiento exagerado de un músculo que provoca desgarro debido a una actividad física o esfuerzo excesivo, calentamiento inadecuado antes de practicar deporte o una deficiente flexibilidad) o un traumatismo (lesión de órganos o tejidos producida por una acción mecánica externa).
- Inflamatorio (5% de los pacientes que tienen una dolencia crónica): aparece en edades jóvenes (antes de los 40) y el dolor es gradual mejorando con el ejercicio y manteniéndose en reposo. Además, es muy frecuente la rigidez matutina al levantarse con una duración superior a 30 minutos y fuertes dolores nocturnos que interrumpen el sueño.
¿Qué actividades podemos practicar para evitar el dolor de espalda?
El fortalecimiento de la musculatura dolorida reduce el malestar del paciente. Es por ello que se recomienda practicar los siguientes ejercicios físicos:
Natación. Los expertos recomiendan un estilo u otro en función de la patología que se padezca: para los problemas cervicales se puede nadar a crol con la cabeza fuera, a crol normal o a espalda normal; si se trata de una rectificación lo mejor es nadar a braza; si se sufre hiperlordosis lo más conveniente será nadar a espalda con la barbilla cerca del pecho realizando todos los ejercicios de espalda y braza vertical; si se tienen problemas de hombro se debe evitar los estilos crol y espalda (nadar a estilo braza sería lo más recomendable) y en caso de patología lumbar se ha de nadar a crol con la cabeza dentro. Por el contrario, si se tiene cualquier molestia de espalda los fisioterapeutas desaconsejan el nado a mariposa debido al incremento en la curvatura de la columna vertebral y las lesiones relacionadas con este estilo.
Entre los beneficios del agua para este tipo de pacientes destace el efecto drenante de gran ayuda en los procesos de recuperación después de operaciones, para embarazadas o personas con artrosis/artritis…
Aquagym. Tonifica el cuerpo y despeja la mente convirtiéndose en la mejor opción contra la osteoporosis (disminución de la masa ósea y deterioro de la microarquitectura de los huesos que aumenta la fragilidad de los huesos y el riesgo de sufrir fracturas). Además, aumenta la fuerza, la flexibilidad, el equilibrio y la agilidad de las personas que lo practican de forma continuada.
Yoga. De gran ayuda física y emocional, esta actividad física está basada en el estiramiento corporal que favorecen la descongestión de toda la musculatura.
Pilates. Trabajo de forma equilibrada de todo el cuerpo mediante la fuerza, la flexibilidad y el control corporal.
4 comentarios
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Gracias por compartir este artículo, las cervicales son para cuidarlas,
las malas posturas dañan bastante
Muy buen artículo, yo sumé todo esto al uso de una buena silla ergonómica y la verdad que he notado mucho la mejoría tras las largas horas de teletrabajo.